Tixán fue un asentamiento indígena que existía desde antes de que los españoles iniciaran la conquista, mismo que al establecerse la colonia fue puesto bajo la jurisdicción de la Tenencia política y levantado a unos 5 kilómetros al sur de su asentamiento actual.

Posteriormente, los sobrevivientes de dicho desastre, conducidos por el sacerdote Francisco Rodríguez Hernández, se trasladaron a la llanura de Pancarbamba y levantaron la nueva población, en el sitio que ocupa actualmente.

Durante la colonia y los primeros años de la República fue acrecentando su actividad comercial y sobre todo la minería, por lo que en 1874 el presidente García Moreno entregó a ella las afamadas minas de azufre, con el propósito de que su explotación sirva para el desarrollo social de la población, destinando los ingresos provenientes de ellas para la construcción de obras de infraestructura básica, como escuelas, parques, edificios públicos, etc.